Primeros auxilios
El 130 avanza raudo por Libertador, llevando más personas que las que debería, según cualquier regla de mínima seguridad y yo formo parte de esa gran mayoría que viaja parado, como si este colectivo fuera una representación de la sociedad misma. El chofer decide no detenerse en la siguiente parada, siguiendo algún misterioso criterio. Pero esta no es mi parada. Falta mucho hasta Independencia y me pregunto si esto significará algo. Pronto elimino esta pregunta de mi cabeza y vuelvo a mi análisis: aquel adolescente al lado mío o aquel señor de adelante tal vez... Me distraigo con las tipas de mi izquierda, que riegan la calle con sus flores amarillas. Y, de pronto, entra el sol por entre las hojas y vuelve nuevamente a mi memoria...el destello blanco del ambo...las indicaciones precisas, la autoridad en la voz... La vergüenza aprieta mi estómago otra vez, llenándome de adrenalina vana, porque la lucha está en mi cabeza, la lucha está en el pasado, la lucha ya está perdida. Me content...