Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2011

La paradoja de la tostada

De pasada hace unos días ví en la verdulería un artículo interesante que planteaba una teoría sobre un problema con dos tostadas. Básicamente el problema era con un pan que ya estaba un poco tibio y otro recién salido del horno y las dos opciones eran empezar por el tibio o por el calentito: " Entonces, podés disfrutar ordenadamente de dos panes tibios o de un pan calentito y uno frío . " Este artículo me indignó profundamente. Nos manejamos, en este mundo, con una constante falacia del falso dilema, o del tercero excluído. ¿Por qué siempre polarizamos nuestros problemas en dos opciones extremas? ¿Por qué no buscamos soluciones alternativas, caminos laterales, propuestas diferentes? NO NOS DEJEMOS ENGAÑAR. No todo es blanco o negro. Existe el azul, existe el gris. Por eso yo tomo Doble cola. Por eso voy a Wendy's. Por eso voy en bici a mi facultad. Por eso elijo a Pino Solanas. Por eso no sigo instrucciones sobre cómo comer mi tostada. He aquí... ¡Las 10 formas de resol

La confusa vida de las amebas

Imagen
Más vale malo conocido... Un genio. Ahora, si me permiten, unas pequeñas reflexiones: Al principio este chiste me dio mucha gracia, luego, una profunda angustia. Seguida de miedo, desesperación, Soledad, María y Mónica. De algún modo me sentí yo también un poco ameba... solitario, aburrido y unicelular. Y de repente me sentí flotando en el citoplasma de una célula madre y me di cuenta que probablemente yo había pasado por esta misma dolorosa separación una vez, quizás MILLONES de veces, y que partes de mí se habían transformado en otras amebas y estaban perdidas por ahí en ese confuso mar de amebas...sentí cómo esa parte mía partía hacia otros rumbos...  parte de mí parte de mí, me dije a mí mismo. Al principio sentí a esas perdidas otras amebas como mis hijas, pero al darme cuenta que ellas sentirían lo mismo de mí, y al darme cuenta de la incongruencia del asunto, de ser madre, hija, tío y chosnoabuelo a la vez, decidí tomarlas de otra forma, y ahí fue cuando comprendí que el senti

Somos pilas.

Hace ya varios  años, encontrábamosnos en córdoba, a punto ya de dormirnosnos cuando tuve una iluminación, una epifanía quizás, y emocionado le comenté a todos los otros cuerpos echados esperando que sus cerebros se desconectasen "Somos pilas, que nos ponemos a cargar para tener energías mañana". ¡Claro! En ese momento, más que nunca, me sentí una pila, no un hombre, lleno de complejos mecanismos biológicos, sino una simple pila recargable que necesita quedarse quieta por unas cuantas horas para recuperar su energía perdida durante el uso. Y, aunque en el momento nos reímos con mi prima la enana, el descubrimiento fue un tanto triste. Y mientras esperaba que mi cerebro se desconectara y mis funciones se pusieran en modo automático se me ocurrieron algunas preguntas: ¿Sueñan las pilas? ¿Soñaran con su Dios, su creador, Phillipe Duracell o Max Energizer? ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? ¿Y si las pilas tuvieran insomnio? ¿No se cargarían? ¿Me estás cargando? (D